Ovulación, fertilidad y embarazo: qué es lo que realmente hace falta para crear a un bebé

ovulation

Si tuvieras que valorar las tasas de fertilidad únicamente por el número de mujeres que anuncian que están embarazadas en las redes sociales, podrías pensar que crear a un bebé es pan comido. Sin embargo, en la realidad, la compleja cadena de acontecimientos que tienen que suceder para que se produzca la concepción hace que quedarse embarazada sea una auténtica proeza.  

“Si piensas en todas las cosas que tienen que suceder para que comience un embarazo, resulta increíble que la raza humana sea capaz de reproducirse”, comenta la Dra. Kate White, profesora adjunta de Ginecología y Obstetricia en la Universidad de Boston.

De hecho, una mujer sana de 30 años solo tiene un 20 % de posibilidades de quedarse embarazada durante cada ciclo, según la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva. De todas formas, no te angusties, eso es en cada ciclo, no en total. De hecho, el 85 % de las mujeres que no tiene ningún problema de fertilidad son capaces de concebir en el plazo de un año desde que comienzan a intentar quedarse embarazadas. Sin embargo, la cifra se reduce en aproximadamente un 5 % cuando las mujeres alcanzan los 40 años.

Cada mujer es única y tiene sus propias circunstancias de fertilidad, pero comprender los entresijos de la fertilidad puede ayudarte a tomar decisiones informadas.

¿Cuántos óvulos tiene una mujer?

Cuando nacen, los dos ovarios de la mujer contienen aproximadamente un millón de folículos, cada uno de los cuales tiene un óvulo. Cuando se produce la primera menstruación, quedan aproximadamente 400 000 de estos folículos; el resto son absorbidos por los ovarios. Solo aproximadamente entre 300 y 500 de los óvulos contenidos en esos folículos madurarán lo suficiente como para liberarse en la ovulación durante toda la vida de una mujer.

“Y no, suprimir la ovulación mediante métodos de control de la natalidad no sirve para ‘ahorrar’ óvulos para poder usarlos en el futuro”, comenta White. “No es igual que un banco: o los usas o los pierdes”.

Qué sucede durante la ovulación

Para que se produzca la ovulación, uno de tus ovarios tiene que liberar un óvulo (los expertos solían pensar que los ovarios se turnaban en cada ciclo, pero no es así; cualquiera de los dos puede ser el que ovule). Esto ocurre cuando tu cerebro produce la hormona folículo-estimulante (FSH), que estimula los folículos para que maduren y provoquen un aumento de los estrógenos. Cada mes madura un número diferente de folículos, pero entre todos los contendientes, siempre suele haber uno que crece más rápido que los demás y se convierte en el folículo “dominante” (es posible que dos folículos dominantes liberen óvulos: así es como se forman los hermanos mellizos).

“La selección de los folículos es como un concurso de belleza”, añade White. “Independientemente de la belleza de todos los participantes, solo hay un ganador”. Y cuando uno consigue la corona, el resto se pierde en el olvido”.

A medida que el folículo dominante crece, provoca que aumenten los niveles de estrógenos, que comienzan a inhibir la secreción de la hormona FSH. Conforme la FSH baja, los otros folículos más pequeños mueren y solo el folículo dominante continúa su maduración.

Cuando el nivel de estrógenos alcanza su punto álgido, provoca un aumento de la hormona luteinizante (LH) que desencadena que el folículo dominante finalice su proceso de maduración y libere su óvulo. Ese óvulo viaja a través de la trompa de falopio durante un periodo de entre 12 y 24 horas. Si un espermatozoide fertiliza ese óvulo, este se implantará en la pared uterina y dará comienzo el embarazo. Si no se fertiliza, se desechará con el resto de sangre y tejidos durante la menstruación.

Una nota rápida: la fase fértil dura aproximadamente entre seis y siete días (no solo de 12 a 24 horas) porque el esperma puede vivir un máximo de cinco días después de haber mantenido relaciones sexuales. Esto quiere decir que puedes quedarte embarazada si has mantenido relaciones sexuales en los cinco días anteriores a la ovulación, el mismo día de la ovulación, o un día después (aunque es menos probable quedarse embarazada el día después de la ovulación).

¿Qué puede afectar a la fertilidad?

Hay varias afecciones que pueden afectar a la fertilidad. Entre ellas, se incluyen:

  • Afecciones relacionadas con la ovulación, como puede ser el síndrome de ovario poliquístico, exceso de la hormona prolactina y exceso o defecto de la hormona tiroidea
  • Afecciones relacionadas con el movimiento de los óvulos y el esperma en las trompas de falopio, como la endometriosis, enfermedad inflamatoria pélvica o alguna anomalía en las trompas de falopio que provoque algún tipo de bloqueo
  • Enfermedades que afecten al interior del útero, como fibromas, pólipos o adenomiosis (se produce cuando el tejido interior del útero pasa a través de la pared muscular)

La edad también influye, puesto que la fertilidad empieza a disminuir a comienzos de la treintena y se reduce de forma más significativa alrededor de los 35 años. Esto se debe a los cambios naturales que afectan a los ovarios y comprometen la calidad de los óvulos, incluso aunque los periodos continúen siendo regulares.

Conforme se aproxima la menopausia, también es posible que no ovules en cada ciclo, por lo que resulta más complicado quedarse embarazada. Las mujeres mayores que se quedan embarazadas tienen un mayor riesgo de sufrir abortos o de dar a luz a bebés con algún problema genético, como el síndrome de Down. Sin embargo, es importante recordar que cada persona es distinta, y que muchas mujeres de 30 y 40 años se quedan embarazadas sin problemas y tienen bebés perfectamente sanos.

“Yo me quedé embarazada durante el primer mes después de dejar de tomar la píldora. Tenía 34 años”, comenta White. “Y muchos de mis amigas médicos también han tenido a sus hijos en los últimos años de su treintena”.

Hay factores del estilo de vida que también pueden influir en las posibilidades de quedarte embarazada. Algunos de los factores que influyen negativamente en la fertilidad son los siguientes:

  • Fumar
  • Consumir bebidas alcohólicas en exceso
  • Estar muy por encima o muy por debajo del peso ideal
  • Sufrir un trastorno alimenticio
  • Realizar un exceso de ejercicio
  • Estar sometida a mucho estrés

Conclusión: “La mejor forma de estar sana para tener un bebé es que efectivamente lo estés, pero no por nadie en especial, sino por ti misma”, concluye White.

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